El altar es un espacio sagrado, un lugar de poder.
Se llena de nuestras energías que la hacen perfecta para practicar rituales y magia de todo tipo, bases sobre las que colocar ofrendas a las deidades (si seguimos una o más), celebrar las fiestas y dar un enfoque a nuestras intenciones.
Puede ser de cualquier forma y material, aunque el altar perfecto es de madera de sauce o roble.
Puede ser temporal o permanente, ya que no todo el mundo tiene un espacio dedicado.
En él puedes poner lo que quieras que represente mejor el trabajo que tienes que hacer, no tiene un modelo preestablecido obligatorio, recuérdalo.
La parte izquierda del altar está generalmente dedicada a la Diosa y allí se colocan sus instrumentos: la copa, el pentáculo, la campana, la esfera, los cristales y el caldero; también puede agregar una imagen o una estatua de la Diosa y puede colocar una escoba en el lado izquierdo del altar. Si no encuentra una imagen de la Diosa que le convenga, puede reemplazarla con una vela verde, plateada o blanca.
El lado derecho, en cambio, está dedicado a Dios y allí se colocan sus instrumentos: una vela roja, amarilla o dorada (o una imagen, mismo discurso de la Diosa), el incensario, la varita, el athame y el bolline. (o hoz).
A tu discreción, el incensario se puede colocar en el centro, de modo que el humo se ofrezca a ambos, y al pentáculo frente a él.
Como escribió Scott Cunningham, "el altar es una construcción personal y debería agradarle".
Publicaremos varias publicaciones sobre las diversas herramientas y sobre los rituales y la magia que puedes realizar en el altar, ¡sigue siguiéndonos!
Fuentes: Wicca, el practicante solitario, Scott Cunningham
El libro de altares y espacios sagrados, Anjou Kiernan
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